Me desnudo.
La vida me empujó al abismo.
Entré.
Y volví con respuestas.
No lo leí en un libro. Lo viví
- Allan Sandman. 1999
Entra por tu propia voluntad.
Porque algunas decisiones te persiguen toda la vida.
Déjame tu email.
Y vive con la certeza de que esta vez, te elegiste tú.
Feliz Cumpleaños.
¿O no?
El día que cumplí 9 años.
Me compré mi primer tarot.
Con las mil pesetas que me dio mi abuela.
Recuerdo cómo olía la caja.
Y cómo algo dentro de mí se abría.
Como si ya supiera usarlo… antes de aprender.
Ese mismo día, mientras otros jugaban.
Yo consultaba.
Y empecé a ver cosas.
Cosas que nadie más veía.
Cosas que luego pasaban.
Años después, me inicié en Cuba.
En el espiritismo. Palo. Santería.
Y viví cosas que no deberían pasar, pero pasan.
Sueños que se hacen realidad.
Miedos que se encarnan.
Pero no todo fue mágico.
También conocí lo oscuro.
El dolor.
Para mí.
Y para quienes amaba.
Pasé años escondido, en silencio.
Pensando que todo había sido un error.
Buscando un motivo para seguir viviendo.
Motivo que no encontraba.
Hasta que lo entendí.
Mi vida la controlo yo.
Y el futuro es la consecuencia de mis actos.
Y de mis pensamientos.
Separé la fe, de la farsa.
La verdad, del teatro.
Elimine lo que no sirve.
Y me quedé con lo que sí funciona.
Llevo más de 25 años ayudando a mujeres como tú.
Mujeres que lo han tenido todo.
Menos lo que realmente desean.
Mujeres que callan sus miedos con maquillaje y sonrisas.
Y se apagan ellas, justo cuando apagan la luz.
Tú no estás sola.
Aunque nadie más lo vea, yo sí.
No es solo consultarte.
Es saber el por qué.
Porque tú eres lo más poderoso del ritual.
Tú no viniste a curiosear.
Viniste a desnudar tu futuro.
Estoy aquí.
Y no para todas.
No porque me crea más.
Porque selecciono a quién ayudo.
¿Estás dispuesta a ver lo que callas para vivir lo que deseas?
No te prometo que todo se va a arreglar.
Te prometo que cumpliré mi parte.
Y que si tú haces la tuya.
Entonces sí.
El universo empezara a obedecerte.
El búho no juzga tus deseos.
Porque ya conoce el final de tu historia
También puedes seguir fingiendo que todo está bien.
Que no te mueres por algo distinto.
Que no sueñas con sentir otra vez.
Que no te preguntas, en silencio, cómo sería si te atrevieras.
Sigue con tu vida de siempre.
La misma que finges amar, cuando nadie te mira.
Solicita tu consulta.
Si hay sitio.
No es para todas.
O vive para siempre con la duda.
¿Y si lo que deseabas en silencio ya lo tenía preparado Allan Sandman para ti?